Templo Parroquial

 La parroquia debe ser “como la fuente de la aldea, a la que todos acuden para saciar su sed.” Juan XXIII
 
La parroquia ha de ser una comunidad en la que se celebra y actualiza la obra salvadora de Dios a través de los Sacramentos, y que se prolonga en la vida y acción de cada parroquiano, de forma individual o asociada, siendo sujetos activos y responsables de la vida y acción de la parroquia en sus distintos niveles.       
Hemos de acertar a favorecer los caminos, el estilo, los medios que hagan posible una comunidad parroquial profundamente creyente y misionera. Una comunidad en la que todos nos sintamos como en nuestra casa, necesitados unos de otros, responsables todos de la vida, el testimonio y la acción que la parroquia tiene que ofrecer hoy a la sociedad concreta en que estamos inmersos.
Todos y cada uno de los cristianos que pertenecemos a la parroquia, somos necesarios y tenemos el derecho y el deber, cada cual según los dones y carismas que Dios le dio, de construir, en comunión con toda la Iglesia diocesana, la familia parroquial y desarrollar su misión fundamental: vivir, manifestar y hacer creíble el Evangelio de Jesucristo.
Por ello todos, niños, jóvenes y mayores, debemos acrecentar nuestro compromiso en la parroquia, para crecer juntos en nuestra vivencia cristiana y nuestra acción evangelizadora en todos los ámbitos de la sociedad.


Historia

El 22 de noviembre de 1970 entraba en vigor el decreto por el que D. Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, erigía una nueva parroquia, bajo el patrocinio de San Juan de Ávila.
Surgía de una desmembración de las parroquias de San Nicolás de Bari, Santa María Magdalena y Santo Domingo de Miranda y sería más tarde enriquecida con la prolongación del barrio del Quirinal.
Fue su primer párroco D. Eugenio Campandegui García y el primer lugar de reunión y culto de la comunidad parroquial, la capilla del antiguo Asilo. Años después, se utilizó también para las celebraciones dominicales  la capilla del nuevo colegio San Fernando. De septiembre de 1993 hasta julio de 1994 ejerció de administrador parroquial D.  Julián Ron, párroco de la Magdalena, sus gestiones, y las realizadas previamente por D. Eugenio, fueron decisivas para el logro del terreno en que hoy se asienta el templo parroquial.

El 22 de julio de 1994 se hace cargo de la parroquia D. Antonio Rodríguez Villasonte- Cancio. Después de años de lucha se logra colocar la primera piedra del templo parroquial el 11 de abril de 1999. En septiembre de 2007 se hizo cargo de la parroquia  D. Jesús Francisco Rodríguez de la Vega, a quien ayudó, en situación de jubilado, D. Ángel Fidalgo Rivaz. D. Jesús ejerció de párroco hasta septiembre de 2016. Tras su traslado, ejerce como párroco D. José Manuel Viña Gómez.

Bajo el altar mayor se encuentran reliquias de S. Juan de Ávila y del asturiano S. Melchor de Quirós.