Retablo de la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza
En el medio de una ciudad devastada, esta parroquia de Gaza es una luz y, a pesar de la guerra, sigue siendo un refugio físico y espiritual para cientos de personas que son acogidas como familia.
Desde su parroquia en Gaza, el padre Gabriel Romanelli envía este mensaje, un motivo de reflexión en este domingo de la Sagrada Familia.
"Desgraciadamente no es la primera guerra que vivimos aquí, pero ciertamente es la más dura, durísima. Entonces empezaron a llegar a la parroquia familias enteras para refugiarse. Llegamos a tener unas 700 personas refugiadas. Ahora somos aquí un poco menos de 500 personas viviendo noche y día.
"Desgraciadamente no es la primera guerra que vivimos aquí, pero ciertamente es la más dura, durísima. Entonces empezaron a llegar a la parroquia familias enteras para refugiarse. Llegamos a tener unas 700 personas refugiadas. Ahora somos aquí un poco menos de 500 personas viviendo noche y día.
Tenemos niños, adolescentes y ancianos con discapacidad cuidados por las hermanas de la Madre Teresa, que profesan la fe musulmana y están en la parroquia. Son 58 personas postradas, cuidadas por el trabajo heroico de las Misioneras de la Caridad y voluntarios. Y el resto son familias cristianas.
En medio de tanto sufrimiento tenemos que ser como esa bondad del Padre celestial en el mundo. Uno tiene que tragarse las lágrimas y tratar de ser un signo de esperanza para todos, para cristianos y no cristianos, para dar un testimonio de que es posible vivir juntos. No es fácil, pero es posible".