sábado, 30 de mayo de 2020

HORARIO DE VERANO (de 1 junio a 30 de septiembre) 

  • Días laborables (de martes a viernes): 20 h
  • bados y vísperas de fiestas: 20 h.
  • Domingos y festivos: 11 y 12 h.

HORARIO DESPACHO PARROQUIAL  

  • Miércoles de 19 a 20 h.
En el mes de julio no hay despacho parroquial.


Normativa diocesana para el nuevo escenario ante la pandemia Covid-19

Nota del Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz:

Desde las 00’00 h. del domingo 21 de junio, entramos en una nueva fase dentro de esta paulatina normalización de nuestra vida y convivencia, mientras sorteamos con indicaciones sanitarias la situación creada por la pandemia Covid-19. Nuestras Autoridades sanitarias del Principado de Asturias han publicado una serie de medidas en el suplemento nº 118 del BOPA, con fecha 19 de junio de 2020.
No hay una especial novedad en lo que se refiere a la praxis que últimamente veníamos teniendo en nuestro ámbito de actividades religiosas (celebraciones litúrgicas, seguridad en los templos, espacios de atención sacramental, caritativa, catequética o social). Hemos consultado con las Autoridades sanitarias del Principado de Asturias y hemos puesto en conocimiento de la Presidencia las siguientes medidas que concretan lo que genéricamente se ha dado en ese documento de vinculante aplicación:
  1. El aforo en nuestros templos y el uso de mascarillas.- Se mantiene un 75% con estas nuevas medidas. El uso de las mascarillas seguirá siendo obligatorio y habrá que garantizar una distancia mínima de 1’5 metros entre las personas.
  2. Celebraciones sacramentales y funerales.- Se aplican las mismas medidas de flexibilización en actos de carácter social que se contemplan en el cap. IV de esta nueva normativa, como para nosotros son las celebraciones sacramentales, los velatorios y exequias. Rige lo indicado respecto del aforo en templos y el uso de mascarillas.
  3. Otras indicaciones ya conocidas que siguen estando vigentes:Diariamente deberán realizarse tareas de desinfección de los espacios utilizados, así como los objetos que se tocan con mayor frecuencia.
    1. Se organizarán las entradas y salidas para evitar aglomeraciones de personas en los accesos e inmediaciones de los lugares de culto.
    2. Se pondrán a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos o desinfectantes autorizados en lugares accesibles y visibles, especialmente en la entrada del lugar de culto.
    3. No se permitirá el uso de agua bendecida en las pilas que se usan al efecto.
    4. Durante el desarrollo de las celebraciones se evitará el contacto personal, así como tocar o besar objetos de devoción comunitaria.
    5. Los coros deberán situarse al menos a cuatro metros de los asistentes manteniendo una distancia de seguridad de, al menos, 1,5 metros entre sus integrantes.
  1. Romerías y procesiones. Este tipo de expresiones religiosas al aire libre, entra en lo que las medidas señalan en el cap. III sobre el control de riesgos. Estaríamos dentro de las medidas de protección universales: el mantenimiento de la distancia de, al menos, 1,5 metros y la utilización obligatoria de mascarilla. Estos son los criterios que permanecen en las actividades y celebraciones al aire libre según se desprenden de estas medidas. Tal y como se indica en la normativa, corresponderá a los organizadores o convocantes, proceder, antes de su celebración, a la evaluación del riesgo global del evento.

viernes, 29 de mayo de 2020

(Juan 20,19-23)

Juan ha cuidado mucho la escena en que Jesús va a confiar a sus discípulos su misión. Quiere dejar bien claro qué es lo esencial. Jesús está en el centro de la comunidad, llenando a todos de su paz y alegría. Pero a los discípulos les espera una misión. Jesús no los ha convocado solo para disfrutar de él, sino para hacerlo presente en el mundo.
Jesús los «envía». No les dice en concreto a quiénes han de ir, qué han de hacer o cómo han de actuar: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo». Su tarea es la misma de Jesús. No tienen otra: la que Jesús ha recibido del Padre. Tienen que ser en el mundo lo que ha sido él.

Ya han visto a quiénes se ha acercado, cómo ha tratado a los más desvalidos, cómo ha llevado adelante su proyecto de humanizar la vida, cómo ha sembrado gestos de liberación y de perdón. Las heridas de sus manos y su costado les recuerdan su entrega total. Jesús los envía ahora para que «reproduzcan» su presencia entre las gentes.
Pero sabe que sus discípulos son frágiles. Más de una vez ha quedado sorprendido de su «fe pequeña». Necesitan su propio Espíritu para cumplir su misión. Por eso se dispone a hacer con ellos un gesto muy especial. No les impone sus manos ni los bendice, como hacía con los enfermos y los pequeños: «Exhala su aliento sobre ellos y les dice: Recibid el Espíritu Santo».



El gesto de Jesús tiene una fuerza que no siempre sabemos captar. Según la tradición bíblica, Dios modeló a Adán con «barro»; luego sopló sobre él su «aliento de vida»; y aquel barro se convirtió en un «viviente». Eso es el ser humano: un poco de barro alentado por el Espíritu de Dios. Y eso será siempre la Iglesia: barro alentado por el Espíritu de Jesús.

Creyentes frágiles y de fe pequeña: cristianos de barro, teólogos de barro, sacerdotes y obispos de barro, comunidades de barro... Solo el Espíritu de Jesús nos convierte en Iglesia viva. Las zonas donde su Espíritu no es acogido quedan «muertas». Nos hacen daño a todos, pues nos impiden actualizar su presencia viva entre nosotros. Muchos no pueden captar en nosotros la paz, la alegría y la vida renovada por Cristo. No hemos de bautizar solo con agua, sino infundir el Espíritu de Jesús. No solo hemos de hablar de amor, sino amar a las personas como él.
José A. Pagola




jueves, 21 de mayo de 2020

Abrir el horizonte

Fiesta de la Ascensión del Señor

Ocupados solo en el logro inmediato de un mayor bienestar y atraídos por pequeñas aspiraciones y esperanzas, corremos el riesgo de empobrecer el horizonte de nuestra existencia perdiendo el anhelo de eternidad. ¿Es un progreso? ¿Es un error?

Hay dos hechos que no es difícil comprobar en este nuevo milenio en el que vivimos desde hace unos años. Por una parte, está creciendo en la sociedad humana la expectativa y el deseo de un mundo mejor. No nos contentamos con cualquier cosa: necesitamos progresar hacia un mundo más digno, más humano y dichoso.
Por otra parte, está creciendo el desencanto, el escepticismo y la incertidumbre ante el futuro. Hay tanto sufrimiento absurdo en la vida de las personas y de los pueblos, tantos conflictos envenenados, tales abusos contra el Planeta, que no es fácil mantener la fe en el ser humano.


Sin embargo, el desarrollo de la ciencia y la tecnología esta logrando resolver muchos males y sufrimientos. En el futuro se lograrán, sin duda, éxitos todavía más espectaculares. Aún no somos capaces de intuir la capacidad que se encierra en el ser humano para desarrollar un bienestar físico, psíquico y social.
Pero no sería honesto olvidar que este desarrollo prodigioso nos va “salvando” solo de algunos males y de manera limitada. Ahora precisamente que disfrutamos cada vez más del progreso humano, empezamos a percibir mejor que el ser humano no puede darse a sí mismo todo lo que anhela y busca.


¿Quién nos salvará del envejecimiento, de la muerte inevitable o del poder extraño del mal? No nos ha de sorprender que muchos comiencen a sentir la necesidad de algo que no es ni técnica ni ciencia ni doctrina ideológica. El ser humano se resiste a vivir encerrado para siempre en esta condición caduca y mortal.


Sin embargo, no pocos cristianos viven hoy mirando exclusivamente a la tierra, Al parecer, no nos atrevemos a levantar la mirada más allá de lo inmediato de cada día. En esta fiesta cristiana de la Ascensión del Señor quiero recordar unas palabras del aquél gran científico y místico que fue Theilhard de Chardin: “Cristianos, a solo veinte siglos de la Ascensión, ¿qué habéis hecho de la esperanza cristiana?”.


En medio de interrogantes e incertidumbres, los seguidores de Jesús seguimos caminando por la vida, trabajados por una confianza y una convicción. Cuando parece que la vida se cierra o se extingue, Dios permanece. El misterio último de la realidad es un misterio de Bondad y de Amor. Dios es una Puerta abierta a la vida que nadie puede cerrar.


J.A. Pagola


lunes, 18 de mayo de 2020

La vida después de la pandemia

Para el Papa Francisco ha llegado el momento de mirar a un mundo post-COVID y de prepararse para el cambio. “La vida después de la pandemia” es el nombre del libro publicado por la Librería Editorial Vaticana que recoge las reflexiones del Pontífice durante los primeros meses de 2020, sobre la pandemia de COVID-19, a medida que ésta se extendía por la familia humana.
En el documento se recogen ocho significativos textos, pronunciados o escritos desde el 27 de marzo al 22 de abril.
Las palabras del Santo Padre sacan a relucir su mensaje y su sueño para el “nuevo” mundo que está emergiendo durante y después de la pandemia de coronavirus. Un mundo cuyo centro sea la relación entre las personas, en el que la solidaridad y la colaboración, la creatividad y el apoyo a los que están “más atrás”, son los pilares.
Los textos recogidos ponen de relieve el pensamiento de Francisco sobre contaminación global, economía, trabajo, valorización de la atención sanitaria. El Papa “nos insta a dejar de lado nuestros intereses individuales, corporativos y nacionales para crear una nueva era de solidaridad en la que todos los seres humanos tengan la misma dignidad”.

Documento Completo

 

domingo, 17 de mayo de 2020

Vivir en la Verdad de Jesús





Hoy, después de más de dos meses de confinamiento hemos podido celebrar juntos la Eucaristía del domingo. Aunque todavía temerosos y asustados, con muchas precauciones y  sin poder expresarnos abiertamente. Como los Apóstoles antes de Pentecostés, también nosotros esperamos al Espíritu para que vivifique y fortalezca la vida de nuestra Comunidad.

Este Espíritu  que, como nos recuerda J.A. Pagola, no hay que confundir con una doctrina, que no se encuentra en los libros de los teólogos ni en los documentos del magisterio. Según la promesa de Jesús, «vive con nosotros y está en nosotros». Lo escuchamos en nuestro interior y resplandece en la vida de quien sigue los pasos de Jesús de manera humilde, confiada y fiel.

Como nos dice el Evangelio de hoy,  este Espíritu «está siempre con nosotros». Sigue siempre vivo en el mundo. Si lo acogemos en nuestra vida, no nos sentiremos huérfanos ni desamparados.




domingo, 10 de mayo de 2020

Hoy celebramos S. Juan de Ávila

Hoy se conmemora la fiesta de S. Juan de Ávila, nuestro patrón. Tampoco podemos celebrar esta fiesta en comunidad, pero tengamos todos un mismo sentir y un mismo corazón, el mejor homenaje que podemos ofrecerle.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Medidas higiénicas

A partir del martes, 12 de mayo, se retoma la celebración de la Misa en nuestra parroquia.

El horario de Misas es el habitual.