miércoles, 31 de mayo de 2023

Horario de verano

 Horario de Misas

                            1 de junio a 30 de septiembre

      Laborables (de martes a viernes): 20 h.  

Sábados y vísperas de fiestas: 20 h.   

Domingos y festivos: 11 y 12 h.





domingo, 28 de mayo de 2023

Vivir con el Espíritu: Confirmaciones 2023


Los cristianos queremos vivir «con el Espíritu de Jesús». El Espíritu es memoria viviente de Jesús y el Espíritu es el Señor y dador de vida.

El Espíritu hace presente a Jesús y actúa en su nombre, tal como lo había anunciado: «El Espíritu Santo os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho» es, pues, memoria viviente de Jesús, nos dice cosas que éste nunca dijo, pero que las habría dicho de haber vivido hoy entre nosotros. Es la más íntima comunicación de Dios a los hombres. 

El Espíritu despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante. Nos enseña a vivir confiando en el amor de Dios, nuestro Padre. El Espíritu Santo nos enseña a mirar de manera nueva la vida, el mundo y, sobre todo, a las personas. Y si cambia nuestra mirada, cambiará también el corazón y el rostro de la Iglesia. Los discípulos de Jesús irradiaremos mejor su cercanía, su comprensión y solidaridad hacia los más necesitados. Nos pareceremos más a nuestro Maestro y Señor.



 


sábado, 20 de mayo de 2023

Fiesta de la Ascensión del Señor

 


Ocupados solo en el logro inmediato de un mayor bienestar y atraídos por pequeñas aspiraciones y esperanzas, corremos el riesgo de empobrecer el horizonte de nuestra existencia perdiendo el anhelo de eternidad. ¿Es un progreso? ¿Es un error?

Hay dos hechos que no es difícil comprobar en este nuevo milenio en el que vivimos desde hace unos años. Por una parte, está creciendo en la sociedad humana la expectativa y el deseo de un mundo mejor. No nos contentamos con cualquier cosa: necesitamos progresar hacia un mundo más digno, más humano y dichoso.
Por otra parte, está creciendo el desencanto, el escepticismo y la incertidumbre ante el futuro. Hay tanto sufrimiento absurdo en la vida de las personas y de los pueblos, tantos conflictos envenenados, tales abusos contra el Planeta, que no es fácil mantener la fe en el ser humano.

Sin embargo, el desarrollo de la ciencia y la tecnología esta logrando resolver muchos males y sufrimientos. En el futuro se lograrán, sin duda, éxitos todavía más espectaculares. Aún no somos capaces de intuir la capacidad que se encierra en el ser humano para desarrollar un bienestar físico, psíquico y social.

Pero no sería honesto olvidar que este desarrollo prodigioso nos va “salvando” solo de algunos males y de manera limitada. Ahora precisamente que disfrutamos cada vez más del progreso humano, empezamos a percibir mejor que el ser humano no puede darse a sí mismo todo lo que anhela y busca.

¿Quién nos salvará del envejecimiento, de la muerte inevitable o del poder extraño del mal? No nos ha de sorprender que muchos comiencen a sentir la necesidad de algo que no es ni técnica ni ciencia ni doctrina ideológica. El ser humano se resiste a vivir encerrado para siempre en esta condición caduca y mortal.

Sin embargo, no pocos cristianos viven hoy mirando exclusivamente a la tierra, Al parecer, no nos atrevemos a levantar la mirada más allá de lo inmediato de cada día. En esta fiesta cristiana de la Ascensión del Señor quiero recordar unas palabras del aquél gran científico y místico que fue Theilhard de Chardin: “Cristianos, a solo veinte siglos de la Ascensión, ¿qué habéis hecho de la esperanza cristiana?”.

En medio de interrogantes e incertidumbres, los seguidores de Jesús seguimos caminando por la vida, trabajados por una confianza y una convicción. Cuando parece que la vida se cierra o se extingue, Dios permanece. El misterio último de la realidad es un misterio de Bondad y de Amor. Dios es una Puerta abierta a la vida que nadie puede cerrar.


J.A. Pagola