viernes, 20 de octubre de 2017

Domund


El domingo 22 de octubre se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, con el lema:
 “Sé valiente, la misión te espera“.  

El DOMUND es una Jornada universal que se celebra cada año en todo el mundo, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar a los misioneros en su labor evangelizadora, desarrollada entre los más pobres.

Es, además, una llamada a la responsabilidad de todos los cristianos en la evangelización. Es el día en que la Iglesia lanza una especial invitación a amar y apoyar la causa misionera.






sábado, 7 de octubre de 2017

Nuestro Pentecostés

Este grupo de jóvenes de nuestra parroquia recibirá hoy el sacramento de la Confirmación de manos del Vicario D. Emilio Menéndez. La celebración tendrá lugar a las siete de la tarde en nuestro templo parroquial.


 

Con este manifiesto, quieren expresar su compromiso cristiano.

Nosotros

  • Queremos dar respuesta a la llamada de Dios y ser responsables de nuestro mundo.
  • Queremos vivir comprometidos en la construcción del reino de Dios.
  •     Queremos ser generosos y servir a los demás.
  • Queremos ser hermanos de todos y compartir lo que somos y tenemos.
  • Queremos poner nuestra esperanza en Jesus, vivo por siempre, porque Él es el único camino, toda la verdad y nuestra vida. 


 

Derechos de los trabajadores y los desempleados





Ante el actual desarrollo de la economía y la dificultad que atraviesa la actividad laboral, es necesario reafirmar que el trabajo es una realidad esencial para la sociedad, para las familias y para los individuos. El trabajo, en efecto, concierne directamente a la persona, su vida, su libertad y su felicidad. El valor principal del trabajo es el bien de la persona humana, porque la realiza como tal, con sus actitudes y capacidades intelectivas, creativas y manuales. De aquí deriva que el trabajo no tiene solamente una finalidad económica y de ganancia, sino sobre todo una finalidad que implica al hombre y su dignidad. La dignidad del hombre está vinculada al trabajo. He escuchado a algunos jóvenes obreros que están sin trabajo, y me han dicho esto: «Padre, en casa —mi esposa, mis hijos— comemos todos los días, porque en la parroquia, o en el club, o en la Cruz Roja nos dan de comer. Pero, Padre, yo no sé lo que significa traer el pan a casa, y tengo necesidad de comer, pero necesito tener la dignidad de llevar el pan a casa». ¡Y esto es el trabajo! Y si falta el trabajo se lastima esta dignidad. Quien está desocupado o subempleado corre el peligro, en efecto, de ser colocado a los márgenes de la sociedad, de convertirse en una víctima de la exclusión social. Muchas veces sucede que las personas sin trabajo —pienso sobre todo en los numerosos jóvenes actualmente desempleados— caen en el desaliento crónico o, peor, en la apatía.
¿Qué podemos decir ante el gravísimo problema de la desocupación que afecta a diversos países europeos? Es la consecuencia de un sistema económico que ya no es capaz de crear trabajo, porque ha puesto en el centro a un ídolo, ¡que se llama dinero! Por lo tanto, los diversos entes políticos, sociales y económicos están llamados a favorecer un planteamiento distinto, basado en la justicia y en la solidaridad. Esta palabra, en este momento, corre el riesgo de ser excluida del diccionario. Solidaridad: parece como una palabra fea. ¡No! La solidaridad es importante, pero este sistema no la quiere, prefiere excluirla. Esta solidaridad humana que asegura a todos la posibilidad de desempeñar una actividad laboral digna. El trabajo es un bien de todos, que debe estar al alcance de todos. La fase de grave dificultad y desocupación se debe afrontar con los instrumentos de la creatividad y la solidaridad. La creatividad de empresarios y artesanos valientes, que miran al futuro con confianza y esperanza. Y la solidaridad entre todos los componentes de la sociedad, que renuncian a algo, adoptan un estilo de vida más sobrio, para ayudar a quienes se encuentran en una condición de necesidad.

Queridos hermanos y hermanas, no dejéis jamás de esperar en un futuro mejor. Luchad por esto, luchad. No os dejéis atrapar por el vórtice del pesimismo, ¡por favor! Si cada uno hace lo que le corresponde, si todos ponen siempre en el centro a la persona humana, no el dinero, con su dignidad, si se consolida una actitud de solidaridad y compartir fraterno, inspirada en el Evangelio, se podrá salir del pantano de una estación económica y laboral ardua y difícil. 
FRANCISCO
DISCURSO A LOS DIRIGENTES Y OBREROS DE LAS FÁBRICAS DE ACERO DE TERNI
Y A LOS FIELES DE LA DIÓCESIS DE TERNI-NARNI-AMELIA