Hoy, sábado 12 de septiembre y mañana domingo, celebraremos en nuestra Parroquia las primeras Comuniones. Por este motivo nuestra Comunidad se viste de fiesta y se alegra de un modo especial.
Ilusión, alegría, expectación, y un deseo enorme de que este día sea un día inolvidable, forman parte del conglomerado de sentimientos que niños y padres experimentan este día.
He aquí algunas pistas para celebrar este día con nuestro mejor ánimo:
ESPERAR. No dejarse bloquear por el barullo del día de la celebración. La Primera Comunión es comienzo, no es final.
UNIR. Crear ambiente de unión y no de división será el mejor modo de “dar cuerpo” a lo que es central en este día: la común-unión.
CONVIVIR. Caer en la cuenta de que las celebraciones son momentos de encuentro (padres e hijos, hermanos, abuelos, amigos...). Mejor con-vivir que conformarse con sobre-vivir.
ALEGRARSE. Para que la alegría (la propia y la de
los demás) no se termine después de la celebración.
TRANSMITIR. Comunicar la propia fe es el mejor regalo. Es una buena ocasión para mostrar que la experiencia de la comunión transforma cada día y no se acaba en la primera.
AGRADECER. Participar totalmente del cuerpo y la sangre del Señor es motivo más que suficiente para alabar y agradecer a Dios su generosa invitación a formar parte de Él.