Domingo 5 de Marzo de 2017
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (4,1-11):
Palabra del Señor
Evangelio Comentado por: José Antonio Pagola
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al
desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de
ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
El tentador se le acercó y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes».
Pero él le contestó:
«Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”».
Jesús le dijo:
«También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».
De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
«Todo esto te daré, si te postras y me adoras».
Entonces le dijo Jesús:
«Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”».
Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.
Palabra del Señor
Evangelio Comentado por: José Antonio Pagola
NUESTRA GRAN TENTACIÓN
La escena de las «tentaciones de Jesús»
es un relato que no hemos de interpretar ligeramente. Las tentaciones
que se nos describen no son propiamente de orden moral. El relato nos
está advirtiendo de que podemos arruinar nuestra vida si nos desviamos
del camino que sigue Jesús.
La primera tentación es de importancia
decisiva, pues puede pervertir y corromper nuestra vida de raíz.
Aparentemente, a Jesús se le ofrece algo inocente y bueno: poner a Dios
al servicio de su hambre. «Si eres Hijo de Dios, manda que estas piedras
se conviertan en panes».
Sin embargo, Jesús reacciona de manera
rápida y sorprendente: «No solo de pan vive el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios». No hará de su propio pan un
absoluto. No pondrá a Dios al servicio de su propio interés, olvidando
el proyecto del Padre. Siempre buscará primero el reino de Dios y su
justicia. En todo momento escuchará su Palabra.
Nuestras necesidades no quedan
satisfechas solo con tener asegurado nuestro pan material. El ser humano
necesita y anhela mucho más. Incluso, para rescatar del hambre y la
miseria a quienes no tienen pan, hemos de escuchar a Dios, nuestro
Padre, y despertar en nuestra conciencia el hambre de justicia, la
compasión y la solidaridad.
Nuestra gran tentación es hoy convertirlo
todo en pan. Reducir cada vez más el horizonte de nuestra vida a la
satisfacción de nuestros deseos; vivir obsesionados por un bienestar
siempre mayor o hacer del consumismo indiscriminado y sin límites el
ideal casi único de nuestras vidas.
Nos engañamos si pensamos que ese es el
camino que hay que seguir hacia el progreso y la liberación. ¿No estamos
viendo que una sociedad que arrastra a las personas hacia el consumismo
sin límites y hacia la autosatisfacción no hace sino generar vacío y
sinsentido en las personas y egoísmo, insolidaridad e irresponsabilidad
en la convivencia?
¿Por qué nos estremecemos de que vaya
aumentando de manera trágica el número de personas que se suicidan cada
día? ¿Por que seguimos encerrados en nuestro falso bienestar, levantando
barreras cada vez más inhumanas para que los hambrientos no entren en
nuestros países, no lleguen hasta nuestras residencias ni llamen a
nuestra puerta?
La llamada de Jesús nos puede ayudar a
tomar más conciencia de que no solo de bienestar vive el ser humano.
También los hombres y mujeres de hoy necesitamos cultivar el espíritu,
conocer el amor y la amistad, desarrollar la solidaridad con los que
sufren, escuchar nuestra conciencia con responsabilidad, abrirnos al
Misterio último de la vida con esperanza.