domingo, 24 de diciembre de 2023

Es Navidad

 



Hace muchos siglos, Dios miró al mundo,
y sus entrañas se conmovieron,
   al ver al hermano enfrentado con el hermano,
   al ver el dolor del inocente injustamente golpeado,
   al ver los muros que se levantaban entre personas…
   al escuchar los lamentos, las plegarias, las llamadas
   de quienes se preguntaban: “¿Por qué?”,

 y le preguntaban: “¿Dónde estás?”

Y Dios quiso dar respuesta a las preguntas,
   y Dios quiso dar alivio a las heridas
       y quiso dar horizonte a las historias
           derribar los muros
                y devolver a las gentes una humanidad perdida.

y quiso acariciarnos con sus manos,
y hablarnos con su misma Palabra,
amarnos con un corazón de carne,
hacerse uno de nosotros, para abrazarnos en Él.

Y lo hizo.
   en Belén de Judá,
   a las afueras del pueblo,
   porque no tenían sitio en la posada,
   de María Virgen, esposa de José,
   nació Jesús,
   y sus padres lo envolvieron entre pañales
   y lo acostaron en un pesebre

El es palabra que susurra nuestro nombre,
canto de Dios que puebla nuestro silencio,
brillo que enciende las noches
justicia que repara lo injusto.
con verdad eterna.

Y hoy celebramos su presencia
   Dios-con-nosotros
       Dios bueno,
           Dios nuestro…

                                                                                      José María Rodríguez Olaizola








viernes, 1 de diciembre de 2023

Adviento


 

No siempre es la desesperación la que destruye en nosotros la esperanza y el deseo de seguir caminando día a día llenos de vida. Al contrario, se podría decir que la esperanza se va diluyendo en nosotros casi siempre de manera silenciosa y apenas perceptible. 

Tal vez sin darnos cuenta, nuestra vida va perdiendo color e intensidad. Poco a poco parece que todo empieza a ser pesado y aburrido. Vamos haciendo más o menos lo que tenemos que hacer, pero la vida no nos «llena». 

Un día comprobamos que la verdadera alegría ha ido desapareciendo de nuestro corazón. Ya no somos capaces de saborear lo bueno, lo bello y grande que hay en la existencia. Poco a poco todo se nos ha ido complicando. 

Quizá ya no esperamos gran cosa de la vida ni de nadie. Ya no creemos ni siquiera en nosotros mismos. Todo nos parece inútil y sin apenas sentido. La amargura y el mal humor se apoderan de nosotros cada vez con más facilidad. 

Ya no cantamos. De nuestros labios no salen sino sonrisas forzadas. Hace tiempo que no acertamos a rezar. Quizá comprobamos con tristeza que nuestro corazón se ha ido endureciendo y hoy apenas queremos de verdad a nadie. 

Incapaces de acoger y escuchar a quienes encontramos día a día en nuestro camino, solo sabemos quejarnos, condenar y descalificar. Poco a poco hemos ido cayendo en el escepticismo, la indiferencia o «la pereza total». 

Hemos envejecido interiormente y algo está a punto de morir dentro de nosotros. 

¿Qué podemos hacer? 

Lo primero es despertar y abrir los ojos. Todos esos síntomas son indicio claro de que tenemos la vida mal planteada. Ese malestar que sentimos es la llamada de alarma que ha comenzado a sonar dentro de nosotros. 

Nada está perdido. No podemos de pronto sentirnos bien con nosotros mismos, pero podemos reaccionar. Hemos de preguntarnos qué es lo que hemos descuidado hasta ahora, qué es lo que tenemos que cambiar, a qué tenemos que dedicar más atención y más tiempo. 

Las palabras de Jesús están dirigidas a todos: «Vigilen». Tal vez, hoy mismo hemos de tomar alguna decisión. 

José Antonio Pagola



sábado, 25 de noviembre de 2023

El juicio de Dios


En este relato del juicio definitivo de Dios, se nos dice en qué consiste el compendio de las exigencias de todo el Evangelio. Todo se condensa en una respuesta: A Dios solamente se le encuentra aliviando el sufrimiento de los demás. dicho de otra manera: 

"La persona indigente es el lugar de Dios en el mundo".

El texto del Evangelio es tan elocuente como transparente. Pero si importante es saber dónde está Dios y cómo se le encuentra, igualmente importante es saber dónde y cómo no se encuentra a Dios.


Así es Dios, así es su criterio.
                                                                                         José María Castillo





 

sábado, 18 de noviembre de 2023

Iglesia Diocesana

 Este domingo, 19 de noviembre, en nuestra parroquia realizaremos la colecta para la Iglesia Diocesana.



Una oportunidad para recordar que cada una de las parroquias de nuestra diócesis constituye una gran familia y que nuestra ayuda es fundamental.

La campaña tiene como objetivo recabar ayudas, tanto económicas como de otro tipo, para configurar “parroquias vivas, comprometidas, apasionada por Jesucristo y entregadas a los demás”.


Hay muchas formas de ayudar. Y todas son buenas y valiosas. La Iglesia diocesana, en esta jornada, pide a todos sus fieles colaborar con las parroquias, realizando donativos o aportaciones periódicas económicas que ayuden a sufragar los gastos ordinarios.


Pero también pide colaboración en forma de tiempo, de cualidades o de oración.
Se puede dedicar tiempo a los demás colaborando en la parroquia en cualquiera de las actividades y labores que se desarrollan allí, como en la catequesis, en la Cáritas parroquial, en algún grupo que colabore con las misiones, con jóvenes o mayores, niños o ancianos o incluso ayudando a mantener el templo abierto y cuidado.


También se puede colaborar con la Iglesia Diocesana aportando un poco de lo que cada un tiene o sabe hacer, tanto a nivel profesional, como a nivel humano. Todos tenemos mucho que podemos dar a los demás.


Y por último, podemos colaborar con la parroquia ofreciendo nuestra oración. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes.


sábado, 11 de noviembre de 2023

Libro: ¡Oh noche que guiaste!

 

 En un tiempo en que asistimos a una creciente polarización en el espacio público, Carlos Maria Antunes (Tomar, Portugal, 1970) nos invita a un viaje a las raíces de lo que es ser humano, a nuestra vulnerabilidad compartida, para encontrar allí los cimientos de la fraternidad. Su experiencia cotidiana en la comunidad monástica de Santa María de Sobrado (Galicia) y la inspiración de su tradición cisterciense -Bernardo de Claraval, Thomas Merton, entre otros- hacen de esta obra un testimonio vivo de lo que afirma el apóstol Pablo: «Cuando soy débil es cuando soy fuerte». Por eso aquí la noche es una metáfora de la vida frágil y, a la vez, el lugar de los verdaderos encuentros que este libro quiere provocar, esos que se consuman en una mutua hospitalidad bajo la luz del acontecimiento pascual.

Una sociedad humanizada, verdaderamente fraterna, donde todos y cada uno tengan su lugar propio, solo será posible si miramos al mundo desde las periferias sociales, económicas o religiosas. En la vida de las personas hay márgenes, lugares inhóspitos que a menudo preferimos ocultar o hacernos a la idea de que no se dan en nosotros. Y precisamente el coraje para poner esos márgenes en el centro de nuestra existencia será un factor decisivo para esa necesaria humanización de nuestro ser individual y colectivo.


martes, 31 de octubre de 2023

Y creo en la vida de un mundo futuro

El mes de noviembre, es el mes que la Iglesia dedica a rezar de manera especial por los fieles difuntos. Recogemos, a continuación, una hermosa reflexión sobre la vida eterna que puede ayudarnos a meditar en estas fechas.



"Les voy a hacer una confesión: cuando era pequeña pensaba que, cuando me muriera y fuera al cielo (muy convencida de ello estaba yo), allí podría ver en persona a toda la gente famosa que en vida nunca iba a conocer. ¡Podría hablar con ellos! Me fascinaba la idea y vivía con ilusión convencidísima de que, tras mi muerte, mi existencia continuaría como si viviera en un Hollywood eterno.

Mi idea del cielo, afortunadamente, ha evolucionado. Pensar en la vida de un mundo futuro me hace centrarme en esta para llevarla de tal manera que me haga digna de ella. Creer en la resurrección, en la reunión con un Dios que es todo amor, me da fuerzas para vivir tal y como Él espera de mí, superando las dificultades que vienen de la opción por seguir a Jesús. Pero, sobre todo, vivo la vida con esperanza y sentido, pensando que la muerte no es el fin, sino que la vida continúa, no sé de qué forma y manera, pero seguro que arropados por el amor inimaginable e infinito de Dios.

Les confieso que no siempre me parece creer ese mundo futuro y que siento una tristeza y un miedo profundo a la muerte. A veces temo que ese tránsito que esperamos haya sido solo un cuento engañoso cuya finalidad sea «meter miedo. Un cuento que es solo un consuelo, una excusa para que «seamos buenos» y no nos desanimemos. Sin embargo, a pesar de todos estos pensamientos, no termina de apagarse del todo en mí la llama de la fe en la vida de un mundo futuro.

Es por ello por lo que muchas veces me pregunto (siempre desde el respeto y del deseo profundo de entender): ¿cómo hará la gente que no cree en esa «vida de un mundo futuro», convencidos de que la muerte es el final definitivo? ¿Cómo le encontrarán sentido a esta existencia finita? ¿A qué se agarrarán? Estas preguntas siempre han sido para mí una incógnita, sobre todo en estos días de guerra.

Siempre que veo en la tele estas decisiones que solo responden a una crueldad inexcusable y a un ansia desmedida de poder (cuesten las vidas que cuesten), me pregunto: ¿qué creen que ocurrirá cuando nuestro paso por la tierra acabe? ¿No temen, de alguna manera, a esa eternidad lejos amor de Dios? Ahora mismo que escribo estas letras, yo misma me digo que quién soy yo para descifrar la voluntad de Dios para con ellos. Pero, sí, no lo niego, me hago estas preguntas.

Quizás actúen así porque, precisamente, no creen en la vida después de la muerte y ven ésta como la única oportunidad para salirse con la suya. Aun así, me pregunto: ¿y son felices con las decisiones que toman? Si esta vida es la única para ellos, ¿por qué no se empeñan en buscar la felicidad verdadera? Es por ello que, lo mire por donde lo mire, esta guerra (como tantas otras que hay en el mundo y de la que ni sabemos nada ni queremos saber) no la entiendo. Ni esta guerra ni ningún otro acto que conduzca al sufrimiento del otro.

Así que, exista o no exista la vida eterna, exista o no exista Dios, el mal sigue sin tener sentido para nadie. No sirve para nada. No ayuda a crecer, no activa en nosotros el impulso de amar, que creo que es lo único que llena. Bueno, lo único que llena…A, pesar de todas mis preguntas sin respuesta y de todas mis dudas, yo sigo pensando que lo único que llena es Dios y su amor. A partir de ahí todo cobra sentido. Hasta ahora, eso me basta".


viernes, 20 de octubre de 2023

Domund 2023

 

“Corazones ardientes, pies en camino”, lema del DOMUND 2023

El lema del Domund de este año es “Corazones ardientes, pies en camino”. La historia de la Iglesia está tejida por corazones ardientes que, como los discípulos de Emaús, se encuentran con Jesús vivo y resucitado, y se ponen inmediatamente en camino para anunciarlo a quienes aún no lo conocen. 

El domingo 22 de octubre se celebra el Domingo Mundial de las Misiones, más conocido como el DOMUND. Es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. 

Una misión de la que se puede formar parte desde dónde estés: con la oración, con un donativo, con el tiempo, como hacen los 1.689 voluntarios en las delegaciones diocesanas de misiones.





sábado, 7 de octubre de 2023

Sínodo, etapa universal


El pasado 4 de octubre, con una misa en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco inauguró la última etapa del Sínodo.

El pontífice señaló la necesidad de  convertir a la iglesia en un lugar de “bienvenida para todos”. En la agenda de prioridades hay llamados a ascender a más mujeres a roles de gran valor en la iglesia, incluso como diaconisas; formas de dar una mejor inclusión a los católicos de la comunidad LGBTIQ+; nuevas medidas de rendición de cuentas para verificar cómo los obispos ejercen su autoridad para prevenir abusos; el impacto del cambio climático en los pobres y que los feligreses del común tengan más voz en la iglesia.

"No es un parlamento polarizado, sino un lugar de gracia y comunión"

El  Papa Francisco destacó que en tiempos difíciles existe la tentación de ser “una iglesia rígida”, que se arma contra el mundo, mira hacia atrás y se encierra en sí misma, pero que, en cambio, se debe dar una visión alternativa:

"Una iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una iglesia que bendice y alienta, que ayuda a quienes buscan al Señor, que con amor despierta a los indiferentes, que abre caminos para atraer a las personas a la belleza de la fe. Una iglesia que tiene a Dios en su centro y, por tanto, no está dividida internamente y nunca es dura externamente".




 

lunes, 28 de agosto de 2023

Catequesis curso 23-24


Bienvenidos a un nuevo curso, os presentamos la información para el inicio de la misma.

Septiembre

Inscripciones para 1º y aquellos niños y niñas de otros cursos que llegan a la Parroquia por primera vez: 

Del martes 19 de septiembre al viernes 22 y del martes 26 al viernes 29, de 19 a 19:30 h.

Octubre

Domingo 1: Reunión de padres y madres de 1º, 2º y 3º a las 12 h para informar de los aspectos generales del curso.

Domingo 8: Comienzo de la catequesis a las 12 h.






 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Horario de verano

 Horario de Misas

                            1 de junio a 30 de septiembre

      Laborables (de martes a viernes): 20 h.  

Sábados y vísperas de fiestas: 20 h.   

Domingos y festivos: 11 y 12 h.





domingo, 28 de mayo de 2023

Vivir con el Espíritu: Confirmaciones 2023


Los cristianos queremos vivir «con el Espíritu de Jesús». El Espíritu es memoria viviente de Jesús y el Espíritu es el Señor y dador de vida.

El Espíritu hace presente a Jesús y actúa en su nombre, tal como lo había anunciado: «El Espíritu Santo os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho» es, pues, memoria viviente de Jesús, nos dice cosas que éste nunca dijo, pero que las habría dicho de haber vivido hoy entre nosotros. Es la más íntima comunicación de Dios a los hombres. 

El Espíritu despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante. Nos enseña a vivir confiando en el amor de Dios, nuestro Padre. El Espíritu Santo nos enseña a mirar de manera nueva la vida, el mundo y, sobre todo, a las personas. Y si cambia nuestra mirada, cambiará también el corazón y el rostro de la Iglesia. Los discípulos de Jesús irradiaremos mejor su cercanía, su comprensión y solidaridad hacia los más necesitados. Nos pareceremos más a nuestro Maestro y Señor.



 


sábado, 20 de mayo de 2023

Fiesta de la Ascensión del Señor

 


Ocupados solo en el logro inmediato de un mayor bienestar y atraídos por pequeñas aspiraciones y esperanzas, corremos el riesgo de empobrecer el horizonte de nuestra existencia perdiendo el anhelo de eternidad. ¿Es un progreso? ¿Es un error?

Hay dos hechos que no es difícil comprobar en este nuevo milenio en el que vivimos desde hace unos años. Por una parte, está creciendo en la sociedad humana la expectativa y el deseo de un mundo mejor. No nos contentamos con cualquier cosa: necesitamos progresar hacia un mundo más digno, más humano y dichoso.
Por otra parte, está creciendo el desencanto, el escepticismo y la incertidumbre ante el futuro. Hay tanto sufrimiento absurdo en la vida de las personas y de los pueblos, tantos conflictos envenenados, tales abusos contra el Planeta, que no es fácil mantener la fe en el ser humano.

Sin embargo, el desarrollo de la ciencia y la tecnología esta logrando resolver muchos males y sufrimientos. En el futuro se lograrán, sin duda, éxitos todavía más espectaculares. Aún no somos capaces de intuir la capacidad que se encierra en el ser humano para desarrollar un bienestar físico, psíquico y social.

Pero no sería honesto olvidar que este desarrollo prodigioso nos va “salvando” solo de algunos males y de manera limitada. Ahora precisamente que disfrutamos cada vez más del progreso humano, empezamos a percibir mejor que el ser humano no puede darse a sí mismo todo lo que anhela y busca.

¿Quién nos salvará del envejecimiento, de la muerte inevitable o del poder extraño del mal? No nos ha de sorprender que muchos comiencen a sentir la necesidad de algo que no es ni técnica ni ciencia ni doctrina ideológica. El ser humano se resiste a vivir encerrado para siempre en esta condición caduca y mortal.

Sin embargo, no pocos cristianos viven hoy mirando exclusivamente a la tierra, Al parecer, no nos atrevemos a levantar la mirada más allá de lo inmediato de cada día. En esta fiesta cristiana de la Ascensión del Señor quiero recordar unas palabras del aquél gran científico y místico que fue Theilhard de Chardin: “Cristianos, a solo veinte siglos de la Ascensión, ¿qué habéis hecho de la esperanza cristiana?”.

En medio de interrogantes e incertidumbres, los seguidores de Jesús seguimos caminando por la vida, trabajados por una confianza y una convicción. Cuando parece que la vida se cierra o se extingue, Dios permanece. El misterio último de la realidad es un misterio de Bondad y de Amor. Dios es una Puerta abierta a la vida que nadie puede cerrar.


J.A. Pagola




sábado, 15 de abril de 2023

Constantes en la oración

Son muchas las maneras de vivir el tiempo de Pascua en toda su esencia, rompiendo con la apretada agenda cotidiana para construir un espacio dedicado al sosiego y la oración.

Por eso, en nuestra Parroquia en esta Pascua 2023 queremos poner en marcha la iniciativa “Orar juntos en Pascua”. Los lunes de 18:30 a 19 h. nos reuniremos para orar juntos, leer el Evangelio, compartir testimonios de fe…



sábado, 8 de abril de 2023

Pascua


Las mujeres ven. El primer anuncio de la Resurrección no se presenta como una fórmula que hay que comprender, sino como un signo que hay que contemplar. Con mucha frecuencia, miramos la vida y la realidad sin levantar los ojos del suelo; sólo enfocamos el hoy que pasa, sentimos desilusión por el futuro y nos encerramos en nuestras necesidades, nos acomodamos en la cárcel de la apatía, mientras seguimos lamentándonos y pensando que las cosas no cambiarán nunca. Y así permanecemos inmóviles ante la tumba de la resignación y del fatalismo, y sepultamos la alegría de vivir. Pero, sin embargo, el Señor quiere darnos unos ojos diferentes, encendidos por la esperanza de saber que el miedo, el dolor y la muerte no tendrán la última palabra sobre nosotros. Gracias a la Pascua de Jesús podemos dar el salto de la nada a la vida.

En segundo lugar, las mujeres escuchan

Escuchemos también nosotros la pregunta dirigida a las mujeres: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo?”. No podemos celebrar la Pascua si seguimos quedándonos en la muerte; si permanecemos prisioneros del pasado; si en la vida no tenemos la valentía de dejarnos perdonar por Dios, que perdona todo, la valentía de cambiar, de terminar con las obras del mal, de decidirnos por Jesús y por su amor; si seguimos reduciendo la fe a un amuleto, haciendo de Dios un hermoso recuerdo de tiempos pasados, en lugar de descubrirlo como el Dios vivo que hoy quiere transformarnos a nosotros y al mundo. Un cristianismo que busca al Señor entre los vestigios del pasado y lo encierra en el sepulcro de la costumbre es un cristianismo sin Pascua. ¡Pero el Señor ha resucitado! ¡No nos detengamos en torno a los sepulcros, sino vayamos a redescubrirlo a Él, el Viviente! Y no tengamos miedo de buscarlo también en el rostro de los hermanos, en la historia del que espera y del que sueña, en el dolor del que llora y sufre: ¡Dios está allí!

Por último, las mujeres anuncian. ¿Qué anuncian? La alegría de la Resurrección. La Pascua no acontece para consolar íntimamente al que llora la muerte de Jesús, sino para abrir de par en par los corazones al anuncio extraordinario de la victoria de Dios sobre el mal y sobre la muerte. ¡Y qué hermosa es una Iglesia que corre de esta manera por los caminos del mundo! Sin miedos, sin estrategias ni oportunismos; sólo con el deseo de llevar a todos la alegría del Evangelio. A esto somos llamados, a experimentar el encuentro con el Resucitado y a compartirlo con los demás; a correr la piedra del sepulcro, donde con frecuencia hemos encerrado al Señor, para difundir su alegría en el mundo.


viernes, 31 de marzo de 2023

Celebraciones de Semana Santa

 


Domingo de Ramos

     - Misa y bendición de los ramos: 11, 12 y 13 h.


Jueves Santo

     - Celebración de la Cena del Señor: 18 h.

     - Rosario: 19 h.

     - Vela ante el Monumento: de 19:30 a 22 h. 

     - Hora Santa: 22 h.


Viernes  Santo:

     - Vela ante el Monumento: de 10 a 16 h. 

     - Pasión del Señor: 17 h.

     - Rosario: 18 h.


Vigilia Pascual:

     - Sábado:  21 h.



miércoles, 22 de febrero de 2023

Cuaresma

 


En este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis.

La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. 

Pero a Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. 

Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el camino cuaresmal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.

El camino ascético cuaresmal tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.

La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro aspecto, muy importante en el proceso cuaresmal: el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia.

La segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección. 

Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.


Francisco



viernes, 10 de febrero de 2023

Campaña Manos Unidas 2023

 «Frenar la desigualdad está en tus manos» 

Desde Manos Unidas, se quiere dar un giro a esta idea para que pensemos que la solución también está en manos de cada uno de nosotros. Porque cuando hablamos de ayudar todos usamos un elemento común, las manos, un elemento muy poderoso y con mucha fuerza, tanto física como metafóricamente, que es símbolo principal y esencia de nuestra organización.

Por eso, la imagen elegida para acompañarnos en 2023 muestra unas manos en blanco y negro: fuertes, que transmiten ternura y nos invitan, al mismo tiempo, a tender las nuestras a nuestros hermanos más vulnerables y descartados.




Queremos que la sociedad una sus manos a las nuestras para terminar con la desigualdad y el hambre.

Y es que, para hacer frente a la desigualdad, todas las manos suman, todas cuentan y todas son necesarias y pueden ayudar a acabar con esta lacra.

Con el lema y la imagen de esta Campaña («Frenar la desigualdad está en tus manos»), queremos hacer un llamamiento a la sociedad para luchar por la dignidad y promover un mundo donde todos valgamos lo mismo y nadie se quede atrás.

Porque el combate contra la desigualdad solo es posible desde la convicción de que el futuro de las desigualdades no es cosa de otros, sino que depende de cada uno de nosotros, y está en nuestras manos.

viernes, 27 de enero de 2023

Serás bienaventurada

 Las Bienaventuranzas trazan los rasgos que han de caracterizar a los seguidores de Jesús. De ahí la importancia que tienen para nosotros en estos tiempos en que la Iglesia ha de ir encontrando su propio estilo de vida en medio de una sociedad secularizada.

No es posible proponer la Buena Noticia de Jesús de cualquier forma. El Evangelio solo se difunde desde actitudes evangélicas. Las bienaventuranzas nos indican el espíritu que ha de inspirar la actuación de la Iglesia mientras peregrina hacia el Padre. Las hemos de escuchar en actitud de conversión personal y comunitaria. Solo así hemos de caminar hacia el futuro.

Dichosa la Iglesia «pobre de espíritu» y de corazón sencillo, que actúa sin prepotencia ni arrogancia, sin riquezas ni esplendor, sostenida por la autoridad humilde de Jesús. De ella es el reino de Dios.


Dichosa la Iglesia que «llora» con los que lloran y sufre al ser despojada de privilegios y poder, pues podrá compartir mejor la suerte de los perdedores y también el destino de Jesús. Un día será consolada por Dios.


Dichosa la Iglesia que renuncia a imponerse por la fuerza, la coacción o el sometimiento, practicando siempre la mansedumbre de su Maestro y Señor. Heredará un día la tierra prometida.


Dichosa la Iglesia que tiene «hambre y sed de justicia» dentro de sí misma y para el mundo entero, pues buscará su propia conversión y trabajará por una vida más justa y digna para todos, empezando por los últimos. Su anhelo será saciado por Dios.


Dichosa la Iglesia compasiva que renuncia al rigorismo y prefiere la misericordia antes que los sacrificios, pues acogerá a los pecadores y no les ocultará la Buena Noticia de Jesús. Ella alcanzará de Dios misericordia.


Dichosa la Iglesia de «corazón limpio» y conducta transparente, que no encubre sus pecados ni promueve el secretismo o la ambigüedad, pues caminará en la verdad de Jesús. Un día verá a Dios.


Dichosa la Iglesia que «trabaja por la paz» y lucha contra las guerras, que aúna los corazones y siembra concordia, pues contagiará la paz de Jesús que el mundo no puede dar. Ella será hija de Dios.


Dichosa la Iglesia que sufre hostilidad y persecución a causa de la justicia sin rehuir el martirio, pues sabrá llorar con las víctimas y conocerá la cruz de Jesús. De ella es el reino de Dios.



La sociedad actual necesita conocer comunidades cristianas marcadas por este espíritu de las bienaventuranzas. Solo una Iglesia evangélica tiene autoridad y credibilidad para mostrar el rostro de Jesús a los hombres y mujeres de hoy.

J.A. Pagola



lunes, 16 de enero de 2023

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

 


La Iglesia celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos del 18 al 25 de enero, este año con el lema, «Haz el bien; busca la justicia» (cf. Is 1,17).

En esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se unen dos dimensiones fundamentales del ecumenismo: la dimensión espiritual, que nos lleva a unirnos en oración reconociendo todo lo que ya nos une, especialmente al compartir un mismo bautismo; y la dimensión social, que nos impulsa a dar testimonio juntos del amor de Cristo hacia el prójimo y a defender la dignidad inviolable de toda persona.

En consonancia con el texto de Isaías, orar por la unidad de los cristianos debe ir acompañado de un compromiso común para afrontar los desafíos de la injusticia y escuchar los gritos de los que sufren por cualquier causa. El trabajo común que se viene realizando entre las Iglesias es un signo de esperanza para la humanidad.