martes, 31 de diciembre de 2019

12 mensajes del papa Francisco para el nuevo año


Doce reflexiones del papa Francisco para emprender un viaje anual entre misericordia, perdón, amor, desapego de lo material…

1. Constructores de puentes y no de muros 
En el año que empieza seamos hombres y mujeres constructores de puentes. “Cada cristiano construya siempre puentes de diálogo con los demás, no muros de rencor. El cristiano debe buscar siempre el camino para escuchar, el camino de la reconciliación, con humildad y mansedumbre, porque es lo que nos ha enseñado el Hijo de Dios”. 

2. Aprender a conmovernos por el dolor de los demás en silencio pero transformando el sufrimiento en acción concreta…
Lejos de hipocresías en este nuevo año: “Sabed, hermanos, que los hipócritas no saben llorar, se han olvidado de cómo se llora, no piden el don de las lágrimas”.
“Cuando se hace algo bueno, casi instintivamente nace en nosotros el deseo de ser estimados y admirados por esta buena acción, para tener una satisfacción. Jesús nos invita a hacer estas obras sin ninguna ostentación, y a confiar únicamente en la recompensa del Padre. 

3. La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo
La capacidad de avergonzarse y acusarse a sí mismo, sin descargar la culpa siempre en los demás para juzgarlos y condenarlos, es el primer paso en el camino de la vida cristiana que conduce a pedir al Señor el don de la misericordia.  
 
4. Soñar para encontrar el amor…
En este año nuevo vivir la reciprocidad del amor y soñar el encuentro con ella o él. “Hombre y mujer son de la misma sustancia y son complementarios”. 

5. En este año evitar el apego a las riquezas que llevan solo a la corrupción del corazón, de la mente, de nuestro negocio
Es necesario hacer de modo que si se poseen riquezas estas sirvan al “bien común”. Porque la abundancia que se vive de manera egoísta es “triste”, quita “esperanza” y genera “todo tipo de corrupción”, grande o pequeña.
Así podemos tener el propósito en este año nuevo de salir del ‘apego a las riquezas’ que nos “hace creer que todo está bien” y nos quita el horizonte. “Y vivir sin horizonte es una vida estéril, vivir sin esperanza es una vida triste”.

6. La oración cotidiana por nuestra salud y por la de los seres queridos afectados por el mal
“La Iglesia invita a la oración continua por los propios seres queridos afectados por el mal. La oración por los enfermos no debe faltar nunca. Es más, debemos rezar aún más, tanto personalmente como en comunidad".  

7. Fuertes y revolucionarios en la fe para superar divisiones e individualismo
El nuevo año es un espacio para emprender “la revolución” de la “alegría de la Evangelización”, que significa imitar el amor de Cristo que libera y da verdadera felicidad para superar las divisiones, los personalismos y el individualismo. Eso es evangelizar, esa es nuestra revolución –porque nuestra fe siempre es revolucionaria–, ese es nuestro más profundo y constante grito”.

8. Trabajo para dar dignidad a sí mismos y a la propia familia
Se necesita fe y astucia. Que Dios nos conceda acoger su llamada con alegría y esperanza, en este momento difícil de nuestra historia, la llamada al trabajo para dar dignidad a sí mismos y a la propia familia”.  

9. Soñar para no dejarte robar la esperanza
En este año las cosas pueden ser duras, pero la esperanza nos abre a nuevos caminos de creatividad, pasión, deseos de construir.“Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder, pero soñadas, deséalas, busca horizontes, ábrete a cosas grandes”. 

10. Dios nunca abandona a quien confía en Él
«Feliz el hombre que confía en el Señor». Dios nunca abandona a quien confía en Él. 

11. Para ser felices hay que incluir y crear armonía en nuestros hogares, puestos de trabajo, en suma en el cotidiano
Jesús nos pide incluir a todos con gestos concretos, porque como cristianos “no tenemos derecho” de excluir a los demás, juzgarlos y cerrarles las puertas.
También porque “la actitud de excluir” está en la raíz de todas las guerras, grandes o pequeñas.

12. Sentirnos amados para amar y perdonar
Un papá o una mamá que dice a su hijo: “No tengas miedo, estoy yo” y lo mima con una caricia, es la imagen de la condición privilegiada del hombre: pequeño, débil, pero tranquilizado, sostenido y perdonado por un Dios que está enamorado de él.

 Y la regla de Oro que vale en cualquier mes del año:





martes, 24 de diciembre de 2019

Navidad, nostalgia de Dios


 
La Navidad es una fiesta llena de nostalgia. Se canta la paz, pero no sabemos construirla. Nos deseamos felicidad, pero cada vez parece más difícil ser feliz. Nos compramos mutuamente regalos, pero lo que necesitamos es ternura y afecto. Cantamos a un niño Dios, pero en nuestros corazones se apaga la fe. La vida no es como quisiéramos, pero no sabemos hacerla mejor.

No es solo un sentimiento de Navidad. La vida entera está transida de nostalgia. Nada llena enteramente nuestros deseos. No hay riqueza que pueda proporcionar paz total. No hay amor que responda plenamente a los deseos más hondos. No hay profesión que pueda satisfacer del todo nuestras aspiraciones. No es posible ser amados por todos.

La nostalgia puede tener efectos muy positivos. Nos permite descubrir que nuestros deseos van más allá de lo que hoy podemos poseer o disfrutar. Nos ayuda a mantener abierto el horizonte de nuestra existencia a algo más grande y pleno que todo lo que conocemos.
Al mismo tiempo, nos enseña a no pedir a la vida lo que no nos pueda dar, a no esperar de las relaciones lo que no nos pueden proporcionar. La nostalgia no nos deja vivir encadenados solo a este mundo.

Es fácil vivir ahogando el deseo de infinito que late en nuestro ser. Nos encerramos en una coraza que nos hace insensibles a lo que puede haber más allá de lo que vemos y tocamos. La fiesta de la Navidad, vivida desde la nostalgia, crea un clima diferente: estos días se capta mejor la necesidad de hogar y seguridad. A poco que uno entre en contacto con su corazón, intuye que el misterio de Dios es nuestro destino último.

Si uno es creyente, la fe le invita estos días a descubrir ese misterio, no en un país extraño e inaccesible, sino en un niño recién nacido. Así de simple y de increíble. Hemos de acercarnos a Dios como nos acercamos a un niño: de manera suave y sin ruidos; sin discursos solemnes, con palabras sencillas nacidas del corazón. Nos encontramos con Dios cuando le abrimos lo mejor que hay en nosotros.

A pesar del tono frívolo y superficial que se crea en nuestra sociedad, la Navidad puede acercar a Dios. Al menos, si la vivimos con fe sencilla y corazón limpio.

 J.A.Pagola

domingo, 22 de diciembre de 2019

Sorteo


Nº Premiado en el sorteo de la cesta de Navidad: 4581

Los jóvenes de confirmación haciendo entrega de la cesta a los ganadores.


lunes, 2 de diciembre de 2019

Adviento: La alegría de esperar


Desde que comprar algo es tan fácil, tan directo y, sobre todo, llega tan pronto, cuesta mucho más tener paciencia, esperar. Nos ocurre cada vez que pedimos algo: ¡que llegue cuanto antes! Queremos que se materialice de inmediato y que ya podamos disfrutarlo, aunque no tengamos necesidad.

Los que nos decimos cristianos y hemos recibido esta tradición estamos también totalmente contaminados por esta tendencia. Lo que ocurre es que deberíamos ser “expertos en esperar”, pero nos cuesta mucho. Los tiempos de la Iglesia nunca han sido rápidos, mucho menos inmediatos y cualquier cambio o novedad se han hecho de rogar.

No es fácil esperar. Implica paciencia, serenidad y, sobre todo, confianza. Es evidente que no esperamos igual si el resultado que aguardamos es bueno o si es algo que nos preocupa. A veces, incluso, estamos nerviosos sin saber muy bien por qué, o sin querer saberlo, y necesitamos alguna actividad que nos devuelva la alegría, que nos permita ver la vida con esperanza. 


Nosotros en el Adviento recordamos (es decir, volvemos a pasar por el corazón) un nacimiento de hace más de 2000 años, en un lugar remoto de un Imperio largamente destruido. 

No solo es lejano, sino que se puede convertir en algo tan repetitivo, tan rutinario, que deje de decirnos nada. Si no podemos “volvernos niños” (¿a que es muy diferente la Navidad cuando hay niños en casa que cuando no hay?), necesitaremos otras herramientas para prepararnos debidamente, es decir, para no des-esperar, sino tener esperanza.








domingo, 17 de noviembre de 2019




“La esperanza de los pobres nunca se frustrará” es el lema elegido para celebrar, este domingo, 17 de noviembre, la III Jornada Mundial de los Pobres.

En su mensaje, el Papa Francisco ha recordado que “A veces se requiere poco para devolver la esperanza: basta con detenerse, sonreír, escuchar. Por un día dejemos las estadísticas, los pobres no son números a los que se pueda recurrir para alardear con obras y proyectos; son personas a las que hay que ir a encontrar”. 





domingo, 3 de noviembre de 2019

Noviembre: Diálogo y reconciliación en el Cercano Oriente



En este mes de noviembre de 2019, el Papa Francisco dedica su intención de oración al “diálogo y reconciliación en el Oriente Próximo”.

Este mes Francisco invita a rezar “para que en Oriente Próximo, donde diversos componentes religiosos comparten el mismo espacio de vida, nazca un espíritu de diálogo, de encuentro y de reconciliación”.

En los últimos años Medio Oriente es escenario de varios conflictos bélicos, como el de Siria, que desde marzo de 2011 sufre una guerra que ha provocado el éxodo de millones de refugiados. Otra de las zonas afectadas ha sido Irak, desde 2003, pasando por la irrupción del grupo terrorista Estado Islámico entre junio de 2014 y fines de 2017.
Asimismo, en las últimas semanas ocurrieron choques entre el ejército de Turquía con fuerzas kurdas en el norte de Siria.

El Papa Francisco ha expresado varias veces su preocupación por los conflictos en esta zona del planeta y ha llamado a los fieles a la oración y a la comunidad internacional a hallar soluciones que permitan a las poblaciones vivir en paz.




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domingo, 27 de octubre de 2019

Festividad de Todos los Santos


- Viernes, día 1: Misas de 11, 12 y 13 h. A continuación de cada eucaristía se rezará un responso   en el columbario.

- Sábado, día 2: Misa a las 19 h. por todos los fieles difuntos.




Para los creyentes este día, no es tan sólo el recuerdo de los seres cuyos nombres están grabados en las lápidas de un cementerio al que vamos a poner unas flores y  a rezar una oración. La fiesta de Todos los Santos no es la fiesta de los “muertos”, sino la fiesta de los “vivos”. No es un día de tristeza, sino un día para expresar la inmensa esperanza que nos habita...Sin el culto a los santos y la celebración de nuestros difuntos, nuestra tierra no sería más que un lugar solitario, sin esperanza ni horizontes. 
 
Celebrar a los santos y a nuestros difuntos es recordar esos rostros de nuestros seres queridos a los que el amor ha transfigurado, porque amar es resucitar, porque el Amor es Vida. Día tras día hay que ir modelando el rostro de nuestra eternidad porque... sólo el amor personaliza y humaniza al ser humano. 
Existen esas grandes figuras, que el Espíritu ha suscitado y sigue suscitando para alumbrarnos el camino; padres e hijos, hermanos y hermanas, amigos y conocidos... que han sido testigos para nosotros de la misericordia y la ternura creadora de Dios. 



domingo, 6 de octubre de 2019

Octubre, Mes Misionero Extraordinario


Cada año en el mes de octubre la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones, conocida familiarmente como el Domund. Este año será el domingo, día 20. Y en esta ocasión será especial, porque se celebrará en el marco de un Mes Misionero Extraordinario, convocado por el Papa para este mes de octubre, con el lema “Bautizados y enviados, la Iglesia de Cristo en misión por el mundo”.

El motivo de esta celebración es que se cumplen los 100 años de la carta Maximum Illud, de Benedicto XV, considerada como la carta magna de las misiones modernas. Con ella, después de la Primera Guerra Mundial, el Papa dio un impulso a las misiones. Defendió la separación de las misiones del colonialismo (hasta el momento, los misioneros eran vistos como agentes extranjeros de los países de origen), y reivindicó, además, el protagonismo de las Iglesias locales y de las vocaciones nativas.

Este Mes Misionero Extraordinario tiene como objetivo “renovar la conciencia de que todos los bautizados, por el hecho de serlo, son misioneros”, y “poner a toda la Iglesia en estado permanente de misión, pues esta es un espejo en el que todas las acciones de la Iglesia se pueden mirar”.

El Papa Francisco ha pedido, además, que las diócesis celebren con “creatividad” este Mes Misionero Extraordinario y  por eso, la Delegación episcopal de Misiones ha organizado, entre otras actividades, una “Peregrinación diocesana a San Melchor de Quirós”, para el sábado, 26 de octubre. Partiendo del Alto de La Cobertoria, se caminará hasta Cortes, el pueblo natal de San Melchor. Una vez allí tendrá lugar una comida de confraternización, una proyección sobre la misión diocesana y oración misionera.


jueves, 5 de septiembre de 2019

Comenzamos un nuevo curso




Matricula para los niños y niñas de 1º

Del 10 al 26 de septiembre de 19: 15 a 20 h.



Comienzo de la catequesis

PRIMERO: Viernes 4 de octubre, 18 h.
SEGUNDO: Jueves 3 de octubre, 18 h.
TERCERO: Domingo 6 de octubre, 12 h.

POSTCOMUNIÓN Y CONFIRMACIÓN

     Domingo 6 de octubre, 12 h











viernes, 7 de junio de 2019

Un verano con Dios


 HORARIO DE VERANO (de 1 junio a 30 de septiembre) 

  • Días laborables (de martes a viernes): 20 h
  • bados y vísperas de fiestas: 20 h.
  • Domingos y festivos: 11 y 12 h.

HORARIO DESPACHO PARROQUIAL  
  • Miércoles de 19 a 20 h.
En el mes de julio no hay despacho parroquial.


 

El Papa Francisco nos recuerda que disfrutar del tiempo estival no significa olvidarse de Dios: «Es importante que en el período de descanso y de pausa de las ocupaciones diarias, se puedan recobrar las fuerzas del cuerpo y del espíritu, profundizando el camino espiritual».

Para el Papa, el verano es un «tiempo providencial para acrecentar nuestro compromiso de buscar y encontrar al Señor».

Durante los días de descanso estival «estamos llamados a redescubrir el silencio pacificador y regenerador de la meditación del Evangelio que nos conduce a una meta rica de belleza, de esplendor y de alegría». Por eso, el verano es un tiempo privilegiado para este silencio y esta búsqueda porque, tanto en la playa como en la montaña, es posible dar pasos hacia «una auténtica conversión y testimoniar la caridad como ley de la vida cotidiana».

Y sobre todo, el tiempo estival no puede ser una excusa para olvidar que hay personas que no pueden permitirse unas vacaciones, como las personas ancianas, los enfermos, quienes no tienen trabajo o quienes no cuentan con suficientes recursos. De ahí que el Santo Padre insista en continuar «el camino espiritual» sin pausa veraniega, porque es cada vez más necesario ser «un signo contreto del amor vivificante de Dios» para todos ellos.





jueves, 6 de junio de 2019

Pentecostés: Vivir a Dios desde dentro


"El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, os enseñará todo y os recordará lo que os he dicho". 
Jn. 14, 26

Según San Juan, el Espíritu hace presente a Jesús en la comunidad cristiana, recordándonos su mensaje, haciéndonos caminar en su verdad, interiorizando en nosotros su mandato del amor. A ese Espíritu invocamos en esta fiesta de Pentecostés.  

Hace unos años, el gran teólogo alemán, Karl Rahner, se atrevía a afirmar que el principal y más urgente problema de la Iglesia de nuestro tiempo es su "mediocridad espiritual". Estas eran sus palabras: el verdadero problema de la Iglesia es "seguir caminando con resignación y aburrimiento cada vez mayores caminos comunes de una mediocridad espiritual."

El problema no ha hecho más que agravarse en estas últimas décadas. De poco han servido los intentos de reforzar las instituciones, salvaguardar la liturgia o vigilar la ortodoxia. En el corazón de muchos cristianos se está apagando la experiencia interior de Dios.

La sociedad moderna ha apostado por "el exterior". Todo nos invita a vivir desde fuera. Todo nos presiona para movernos con prisa, casi sin detenerse en nada ni en nadie. La paz no encuentra rendijas para penetrar hasta nuestro corazón. Vivimos casi siempre en la corteza de la vida. Se nos está olvidando lo que es saborear la vida desde dentro. Por ser humana, a nuestra vida le falta una dimensión esencial: la interioridad.

Es triste observar que tampoco en las comunidades cristianas sabemos cuidar y promover la vida interior. Muchos no saben lo que es el silencio del corazón, no se enseña a vivir la fe desde dentro. Privados de la experiencia interior, sobrevivimos olvidando nuestra alma: escuchando palabras con los oidos y pronunciando oraciones con los labios, mientras nuestro corazón está ausente.

En la Iglesia se habla mucho de Dios, pero, ¿dónde y cuándo escuchamos los creyentes la presencia callada de Dios en lo más profundo del corazón? ¿Dónde y cuándo acogemos al Espíritu del Resucitado en nuestro interior? ¿Cuándo vivimos en comunión con el Misterio de Dios desde dentro?

Acoger el Espíritu de Dios quiere decir dejar de hablar sólo con un Dios al que casi siempre colocamos lejos y fuera de nosotros, y aprender a escucharlo en el silencio del corazón. Dejar de pensar a Dios con la cabeza, y aprender a percibirlo en lo más íntimo de nuestro ser.

Esta experiencia interior de Dios, real y concreta, transforma nuestra fe. Uno se sorprende de cómo ha podido vivir sin descubrirlo antes. Ahora sabe por qué es posible creer incluso en una cultura secularizada. Ahora conoce una alegría interior nueva y diferente. Me parece muy difícil de mantener por mucho tiempo la fe en Dios en medio de la agitación y la frivolidad de la vida moderna, sin conocer, aunque sea de manera humilde y sencilla, alguna experiencia interior del Misterio de Dios. 


José Antonio Pagola

viernes, 31 de mayo de 2019

Acción de Gracias




El próximo domingo, dos de junio, celebraremos la Misa de acción de gracias por los veinticinco años de sacerdocio de nuestro párroco D. José Manuel Viña Gómez. Todos estamos invitados a acompañarle en esta celebración eucarística. 

Por eso, desde estas páginas, queremos pedir a Dios que su Espíritu inunde el alma de su sacerdote José Manuel como en el día de su ordenación. Que nunca deje de sentir, lo que sintió aquel primer día, que permanezca con el mismo celo y la misma voluntad de servirle, sirviendo a los demás. 

Haz Señor, que los que se acerquen a él sientan que se acercan a Ti y que por medio de él tocas sus vidas. Haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. 


Que no tenga miedo al servicio, que sea tu testigo en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sea fiel a su compromiso, celoso de su vocación y de su entrega, claro espejo de la propia identidad y que viva con alegría el don recibido. 


La comunidad parroquial de S. Juan de Ávila queremos acompañarle en esta importante misión de hacer presente a Jesús en medio de nuestro mundo. 





domingo, 19 de mayo de 2019

El encuentro con Jesús en la Eucaristía



En estas fechas nuestra comunidad parroquial se viste de fiesta. Fiesta entrañable por tratarse de acompañar a nuestros niños en su primera comunión. Fiesta importante, porque lo más esencial de una comunidad cristiana es la Eucaristía. Por eso es necesario que nos paremos a reflexionar sobre su significado más profundo.

Todos los cristianos lo sabemos. La eucaristía dominical se puede convertir fácilmente en un "refugio religioso" que nos protege de la vida conflictiva en la que nos movemos a lo largo de la semana. Es tentador ir a misa para compartir una experiencia religiosa que nos permite descansar de los problemas, tensiones y malas noticias que nos presionan por todas partes.
A veces somos sensibles a lo que afecta a la dignidad de la celebración, pero nos preocupa menos olvidarnos de las exigencias que entraña celebrar la cena del Señor. Nos molesta que un sacerdote no se atenga estrictamente a la normativa ritual, pero podemos seguir celebrando rutinariamente la misa, sin escuchar las llamadas del Evangelio.
El riesgo siempre es el mismo: Comulgar con Cristo en lo íntimo del corazón, sin preocuparnos de comulgar con los hermanos que sufren. Compartir el pan de la eucaristía e ignorar el hambre de millones de hermanos privados de pan, de justicia y de futuro.
En los próximos años se van a ir agravando los efectos de la crisis mucho más de lo que nos temíamos. La cascada de medidas que se nos dictan de manera inapelable e implacable irán haciendo crecer entre nosotros una desigualdad injusta. Iremos viendo cómo personas de nuestro entorno más o menos cercano se van empobreciendo hasta quedar a merced de un futuro incierto e imprevisible.
Conoceremos de cerca inmigrantes privados de asistencia sanitaria, enfermos sin saber cómo resolver sus problemas de salud o medicación, familias obligadas a vivir de la caridad, personas amenazadas por el desahucio, gente desasistida, jóvenes sin un futuro nada claro... No lo podremos evitar. O endurecemos nuestros hábitos egoístas de siempre o nos hacemos más solidarios.
La celebración de la eucaristía en medio de esta sociedad en crisis puede ser un lugar de concienciación. Necesitamos liberarnos de una cultura individualista que nos ha acostumbrado a vivir pensando solo en nuestros propios intereses, para aprender sencillamente a ser más humanos. Toda la eucaristía está orientada a crear fraternidad.
No es normal escuchar todos los domingos a lo largo del año el Evangelio de Jesús, sin reaccionar ante sus llamadas. No podemos pedir al Padre "el pan nuestro de cada día" sin pensar en aquellos que tienen dificultades para obtenerlo. No podemos comulgar con Jesús sin hacernos más generosos y solidarios. No podemos darnos la paz unos a otros sin


José Antonio Pagola




lunes, 29 de abril de 2019

El encuentro con Jesús vivo


Los seguidores de Jesús vivieron después de su ejecución un proceso que los llevó a "creer" en Jesús resucitado. ¿Qué caminos podemos seguir los hombres y mujeres de hoy para seguir un proceso semejante? 

Allí donde un grupo de personas camina por la vida tratando de descubrir el significado de las palabras y las obras de Jesús de Nazaret, allí donde se hace memoria de su pasión y se escucha la noticia de su resurrección... allí se hace presente el Resucitado.

Una vía para encontrarnos con Cristo resucitado y sentir que nuestro corazón se enciende con su presencia es reunirnos en su nombre, leer los evangelios tratando de descubrir el sentido profundo de sus palabras y sus hechos, hacer memoria de su crucifixión, escuchar desde dentro, con corazón confiado, el anuncio de su resurrección y vivir la experiencia de la cena eucarística para reconocer la presencia del Señor resucitado. 

Nuestra fe en Cristo resucitado no es sólo fruto del signo del sepulcro vacío ni del testimonio de quienes vivieron la experiencia de encontrarse con él. Es necesario además reconocer la presencia de Cristo vivo en nuestra propia vida. Para encontrarnos con Jesucristo resucitado es necesario escuchar nuestro propio nombre en sus labios. Sentirnos llamados personalmente por Él. Entonces cambia de raíz nuestra vida.

Este acontecimiento lo cambia todo. Es como empezar a vivir de manera diferente la fe, la vida y la realidad de cada día. Encontrar, por fin, el eje, la verdad, la razón de vivir. Poder vivir dando un contenido real a la adhesión a Jesús: creer en lo que él creyó; vivir lo que él vivió; dar importancia a lo que él se la daba; interesarse por lo que él se interesó; tratar a las personas como él las trató; mirar la vida como la miraba él; orar como él oró; contagiar esperanza como la contagiaba él.

Seguir a Jesús es confiar en el Padre, invocar su nombre santo, pedir la venida de su Reino y sembrar la esperanza de Jesús contra toda esperanza.




sábado, 20 de abril de 2019

¡Ha resucitado!


Una piedra movida

Tu invitación de vida llega a mi puerta, la abre y deja pasar la luz. Luz en medio de mis tristezas, mis agobios, mis opciones. Seguirán mis problemas, mis fracasos, mis compromisos, mis dudas, mis alegrías, mis deseos…., pero ahora iluminados por la invitación a vivir.

Un sepulcro vacío

Tantas veces la vida me sorprende: alguien que vive la enfermedad con alegría, alguien que ama un trabajo, alguien que agradece todo lo que se le da. Personas que animan a los hombres a cualquier tarea. Una muerte que produce vida en los demás… Sepulcros vacíos, esperanza en medio de la incertidumbre…., ahí es tu resurrección, Jesús.

Una invitación: vaciar sepulcros

Convencido de la vida que prometes, me siento invitado a proclamar junto a ti: ¡No temas, la vida ha vencido! Anunciarlo a los que aún viven como sepultados por sus problemas, por sus enfermedades. A todos los sepultados por la indiferencia de un mundo avasallador, a todos los que no encuentran sentido para su vida, a los encadenados por las esclavitudes de nuestros días: fama, poder, dinero, placer… Porque Tú has demostrado que el sepulcro no es lugar de vida, tu gloria es que el hombre viva.




 

jueves, 11 de abril de 2019

Semana Santa

Horario de celebraciones:

Domingo de Ramos: Misa y bendición de los ramos, 11 h., 12 h. y 13 h.
Martes Santo: Celebración penitencial, 19 h.
Jueves Santo: Misa de la Cena del Señor, 18 h.
                        Hora Santa, 22 h.
Viernes Santo:Pasión del Señor, 12 h.
Sábado Santo: Vigilia Pascual, 21 h.
Domingo de Resurrección: Misas, 11 h., 12 h. y 13 h.                      

Con la celebración del Domingo de Ramos iniciaremos la Semana Santa, el tiempo más importante del año en el que los cristiano recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Sabemos que la historia de la Pasión no ha terminado, se renueva en todo discípulo de Jesús que es perseguido por la justicia. Esta Semana Santa hagamos nuestro el ideal de San Pablo: "sufro en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo, a favor de su cuerpo que es la Iglesia". Sepamos convertir nuestro doloraparentemente infecundo, en medio de redención para nosotros y para los demás.

No nos contentemos con recordar piadosamente la pasión histórica de Jesús, sino que debemos esforzarnos por mitigar activamente las pasiones cercanas de los hombres que se cruzan por nuestro camino enjugando el llanto de los hermanos que sufren: "Lo que hacéis con cualquiera de ellos, conmigo lo hacéis".

Pero la Semana Santa será incompleta si no se vive en la fe y en la esperanza de la Resurrección. La narración de la Pasión aparentemente termina con la piedra que cierra el sepulcro, pero nosotros sabemos que el dolor y la muerte no son la última palabra, Jesús ha resucitado y está sentado a la derecha del Padre.







miércoles, 6 de marzo de 2019

Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2019



Cada año, a través de la  Iglesia, Dios nos concede caminar  hacia el cumplimiento de aquella salvación que ya hemos recibido gracias al misterio pascual de Cristo. Desde esta perspectiva querría sugerir algunos puntos de reflexión, que acompañen nuestro camino de conversión en la próxima Cuaresma.

1. La redención de la creación
La celebración del Triduo Pascual, culmen del año litúrgico, nos llama una y otra vez a vivir un itinerario de preparación.  Si el hombre vive como hijo de Dios, si vive como persona redimida, que se deja llevar por el Espíritu Santo y sabe reconocer y poner en práctica la ley de Dios, comenzando por la que está inscrita en su corazón y en la naturaleza, beneficia también a la creación. Sin embargo, en este mundo la armonía generada por la redención está amenazada, hoy y siempre, por la fuerza negativa del pecado y de la muerte.

2. La fuerza destructiva del pecado
Efectivamente, cuando no vivimos como hijos de Dios, a menudo tenemos comportamientos destructivos hacia el prójimo y las demás criaturas y también hacia nosotros mismos, al considerar, más o menos conscientemente, que podemos usarlos como nos plazca. Si no anhelamos continuamente la Pascua, si no vivimos en el horizonte de la Resurrección, está claro que la lógica del todo y ya, del tener cada vez más acaba por imponerse. Cuando se abandona la ley de Dios, la ley del amor, acaba triunfando la ley del más fuerte sobre el más débil. El pecado lleva a la explotación de la creación, de las personas y del medio ambiente, según la codicia insaciable que considera todo deseo como un derecho y que antes o después acabará por destruir incluso a quien vive bajo su dominio.

3. La fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón
Por esto, la creación tiene la irrefrenable necesidad de que se manifiesten los hijos de Dios, aquellos que se han convertido en una “nueva creación”: «Si alguno está en Cristo, es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo. El camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.
La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna.

Ayunar, o sea aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturas, evitando caer en la tentación de “devorarlo” todo.

Orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo y declararnos necesitados del Señor y de su misericordia.

Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece. Y volver a encontrar  la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amarle, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.

Queridos hermanos y hermanas, que en esta Cuaresma abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así, acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creación.



lunes, 25 de febrero de 2019

Encuentro "La protección de los menores en la Iglesia"


Queridos hermanos y hermanas:

En la acción de gracias al Señor, que nos ha acompañado en estos días, quisiera agradeceros también a vosotros por el espíritu eclesial y el compromiso concreto que habéis demostrado con tanta generosidad. 

Nuestro trabajo nos ha llevado a reconocer, una vez más, que la gravedad de la plaga de los abusos sexuales a menores es por desgracia un fenómeno históricamente difuso en todas las culturas y sociedades. Solo de manera relativamente reciente ha sido objeto de estudios sistemáticos, gracias a un cambio de sensibilidad de la opinión pública sobre un problema que antes se consideraba un tabú, es decir, que todos sabían de su existencia, pero del que nadie hablaba. 

jueves, 7 de febrero de 2019

Manos Unidas


Manos Unidas celebra en este 2019 su 60º aniversario. 60 años luchando contra el hambre, la pobreza, la exclusión y la falta de compromiso en la construcción de un mundo más justo y solidario.
La defensa de los derechos humanos ha formado parte de la misión de Manos Unidas desde sus inicios. 2019 es el primer año de un trienio que se dedicará a la promoción de estos derechos para garantizar la dignidad de las personas.

 A través de la Campaña “Creemos en la igualdad y en la dignidad de las personas”, se incide en algunos ámbitos esenciales para alcanzar una vida digna y hacer efectivo el derecho al desarrollo. Para ello, se promueve el derecho a la alimentación, a la educación, a la salud, al agua y el saneamiento y potenciará la igualdad para las mujeres. A ellas, las más pobres entre los pobres, se dedica una mirada especial este año.

Siguiendo las palabras del papa Francisco en la Jornada Mundial de los Pobres,
Manos Unidas quiere ser esas “benditas manos que se abren para acoger a los pobres y traer esperanza” y convoca a cuantos quieran unir sus manos a las suyas. Es un gran reto que exige una gran fe en lo humano, un compromiso coherente en el servicio a los demás y una confianza esperanzada en que un mundo más fraterno es posible.

        CREEMOS EN LA IGUALDAD Y EN LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS.





viernes, 18 de enero de 2019

Semana de oración por la unidad de los cristianos

Cada año los cristianos de todo el mundo nos unimos en oración para crecer en la unidad. 

Hacemos esto en un mundo en el que la corrupción, la codicia y la injusticia crean desigualdad y división. Oramos juntos en un mundo dividido.

 Al mismo tiempo los cristianos, frente a estas injusticias, estamos obligados a examinar las maneras en las que somos cómplices. Solamente atendiendo la oración de Jesús de que «sean uno» podemos dar testimonio de vivir la unidad en la diversidad. Solo a través de nuestra unidad en Cristo seremos capaces de luchar contra la injusticia y de ponernos al servicio de las necesidades de las víctimas.

Oración comunitaria por la Unidad de los Cristianos: Viernes 25, a las 19:30 h.
Parroquia S. Juan de Ávila



PARA EL OCTAVARIO

 
Día 1
Que fluya el derecho como agua
Amós 5, 22-25
Lucas 11, 37-44

Reflexión
Algunas veces los cristianos pueden estar muy comprometidos con las plegarias y las celebraciones, pero menos preocupados por los pobres y los marginados. A veces oramos en la iglesia, pero al mismo tiempo oprimimos al prójimo y explotamos el medio ambiente. Sin embargo, en el evangelio de Lucas Jesús nos recuerda que el signo exterior del culto auténtico de Dios es actuar con justicia. Condena con mucha dureza a los que descuidan esta obligación.
En la profecía de Amós, Dios rechaza el culto que le ofrecen los que no practican la justicia, hasta que hagan que «fluya el derecho como agua y la justicia como un río inagotable» (5, 24). El profeta insiste en el vínculo indisoluble entre el culto y realizar actos de justicia. Cuando los cristianos trabajan juntos para escuchar el grito de los pobres y oprimidos, crecen en la comunión entre ellos y con el Dios Uno y Trino. 

Oración
Dios de la viuda, del huérfano y del extranjero,
nos has enseñado el camino de la justicia.
Ayúdanos a segur tu camino haciendo justicia como culto dirigido a ti.
Como cristianos unidos, haz que podamos darte culto no solo con nuestros corazones y nuestras mentes, sino también con nuestras obras.
Que el Espíritu Santo nos ayude y nos guíe para trabajar por la justicia donde sea que estemos,
para que muchas personas puedan ser fortalecidas por nuestros actos.
En el nombre de Jesús. Amén.



Día 2
Decid simplemente: «sí» o «no»
Efesios 4, 22-25
Mateo 5, 33-37


Reflexión
La violencia contra otros seres humanos no se ejerce solo a través de las agresiones físicas y el latrocinio, sino también por medio de las habladurías y los rumores maliciosos. Los medios de comunicación social hacen más fácil que las mentiras se difundan instantáneamente a una gran audiencia.
Jesús dijo claramente: «Decid simplemente “sí” o “no”; todo lo que se diga de más procede del maligno». La mentira destruye las buenas relaciones entre las personas y entre los grupos, también entre las Iglesias. El engaño quebranta la unidad de la Iglesia. La Carta a los Efesios nos recuerda que somos miembros unos de otros. Esto implica una llamada a los cristianos a ser honestos y responsables hacia los demás, para que puedan crecer en comunión. Si hacemos esto, no será el espíritu del maligno el que esté con nosotros, sino el Espíritu Santo de Dios.

Oración
Dios de justicia,
danos sabiduría para distinguir lo bueno de lo malo.
Haz que nuestros corazones sean guiados por la rectitud y que nuestros labios digan la verdad.
Danos el valor de ser honestos también cuando otros nos atacan.
No dejes que difundamos mentiras.
Haznos, más bien, instrumentos de unidad y de paz,
difundiendo buenas noticias para todos los pueblos.
Lo pedimos en el nombre de tu Hijo, Jesucristo. Amén.


Día 3
El Señor es clemente y compasivo
Salmo 145, 8-13
Mateo 1, 1-17


Reflexión
«El Señor es bueno con todos, su amor llega a todas sus obras», dice el salmista, proclamando que el amor de Dios supera las fronteras de la etnicidad, la cultura, la raza y también la religión. La genealogía de Jesús que encontramos en el Evangelio de Mateo refleja esta visión amplia. Mientras que las culturas antiguas con frecuencia veían a las mujeres como inferiores, o como propiedad de sus padres y maridos, Mateo menciona cuatro mujeres entre los antepasados de Jesús, y dos de ellas, Rut y Rajab, eran gentiles. Otros tres de los antepasados en la lista eran conocidos por sus pecados, incluyendo al adúltero rey David. El hecho de que se les nombre en la genealogía de Jesús y se les haga formar parte de la historia humana de Dios proclama que Dios incluye a todos, hombres y mujeres, pecadores y justos, en su plan de salvación, sin tener en cuenta su procedencia. En medio del creciente fanatismo étnico y religioso y el aumento de la intolerancia en el mundo, los cristianos pueden prestar un servicio a la familia humana uniéndose para dar testimonio del amor de Dios que todo lo abarca, proclamando con el salmista que «el Señor es clemente y compasivo» con todos.

Oración
Padre, Hijo y Espíritu Santo, único Dios,
te alabamos por tu inmensa gloria manifestada en toda la creación.
Danos un corazón grande para abrazar a todos los que son discriminados.
Ayúdanos a crecer en el amor más allá del prejuicio y la injusticia.
Danos la gracia para respetar la unicidad de cada persona,
para que en nuestra diversidad podamos experimentar la unidad.
Esto pedimos en tu santo nombre. Amén.


Día 4
Contentaos con lo que tenéis
Hebreos 13, 1-5
Mateo 6, 25-34


Reflexión
El autor de la Carta a los Hebreos advierte contra el amor excesivo al dinero y a las cosas materiales. Frente a nuestra tendencia a pensar que nunca tenemos suficiente, el texto nos habla de la providencia de Dios y nos asegura que Dios nunca abandonará la creación. A través de la fecundidad de la tierra, los ríos y los mares, la bondad de Dios ha proveído suficiente comida y agua potable para sostener a todos los seres vivientes y, sin embargo, muchas personas carecen de estas necesidades básicas. La fragilidad humana y la codicia llevan con frecuencia a la corrupción, a la injusticia, a la pobreza y el hambre. Puede ser tentador que, en lugar de preocuparnos por los demás y compartir con ellos nuestros bienes, acumulemos dinero, comida y recursos naturales para nosotros, o nuestra propia nación o grupo étnico.
Sin embargo, Jesús nos enseña que las cosas materiales no deben ser nuestra principal preocupación, sino que debemos buscar primero el reino de Dios y todo cuanto lleva consigo, confiando en que el Padre celestial nos proveerá de lo necesario. Vivir con más sencillez, sin preocuparnos por ganar más dinero del necesario o por acumular recursos para el futuro, puede ayudarnos a hacer de la tierra nuestra casa común, un lugar más justo.

Oración
Dios misericordioso,
te damos gracias por tus abundantes dones.
Danos la gracia de poder recibir todas las bendiciones
con sencillez y humilde gratitud.
Haznos capaces de contentarnos y estar dispuestos a compartir
con los que pasan necesidad,
para que todos puedan experimentar la unidad en el amor que viene de ti,
nuestro Dios Uno y Trino,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.




Día 5
Para llevar a los pobres la buena noticia
Amós 8, 4-8
Lucas 4, 16-21


Reflexión
El profeta Amós criticó a los comerciantes que practicaban el engaño y explotaban a los pobres para obtener el máximo beneficio. Amós también ponía de relieve como Dios observa estas malas acciones y nunca las olvidará. Dios escucha el grito de las víctimas de la injusticia y jamás abandona a los que son explotados y tratados injustamente.
Vivimos en un mundo globalizado en el que la marginación, la explotación y la injusticia proliferan. La brecha entre los ricos y pobres se hace cada vez más grande. Los logros económicos se vuelven un factor decisivo en las relaciones entre las personas, las naciones y las comunidades. Muchas veces los asuntos económicos desencadenan tensiones y conflictos. Es difícil poder disfrutar de la paz si no hay justicia.
En virtud de nuestro bautismo común, todos los cristianos compartimos la misión profética de Jesús de proclamar la buena noticia a los pobres y a los afligidos, tanto con palabras como con obras. Cuando tomemos conciencia de esta misión, el Espíritu del Señor estará sobre nosotros, dándonos fuerza para trabajar por la justicia. Nuestra dignidad de cristianos nos empuja a hablar y actuar de tal forma que las palabras del libro de Isaías que Jesús proclamó en Nazaret se cumplan cada día en la escucha de los que nos rodean.

Oración
Dios, Padre nuestro,
perdónanos nuestra ansia de poder
y líbranos de la tentación de oprimir a los demás.
Por medio de tu Espíritu de comunión,
ayúdanos a vivir en solidaridad con nuestro prójimo,
para que podamos compartir con tu Hijo Jesús
el cumplimiento de tu promesa de libertad de la pobreza y de la opresión.
Te lo pedimos en su nombre. Amén.


Día 6
Se llama Señor del universo
Jeremías 10, 12-16
Marcos 16, 14-15


Reflexión
El mundo creado es una manifestación del poder asombroso de Dios. La grandeza de Dios se hace visible en y a través de toda la creación. «Se llama Señor del universo».
Sin embargo, hoy nos enfrentamos a una gran crisis ecológica global que amenaza la supervivencia del mundo natural. Muchas personas, llevadas por la codicia, han explotado la creación más allá de lo sostenible. En nombre del desarrollo, se talan los bosques y la contaminación destruye la tierra, el aire, los ríos y el mar, haciendo imposible la agricultura y la obtención de agua potable y causando la muerte de animales. En este contexto es útil recordar que después de su resurección Jesús mandó a sus discípulos a proclamar la buena noticia a «toda la creación». Ninguna parte de la creación queda fuera del plan de Dios de hacer nuevas todas las cosas. Por tanto, es necesaria una conversión desde una tendencia a explotar a una actitud que valora la creación y nos reconcilia con ella. Cuando nos unimos con otros cristianos para defender nuestra casa común terrenal, no solo nos estamos comprometiendo activamente, sino que estamos obedeciendo el mandato del Señor de proclamar la buena noticia del amor sanador y restaurador de Dios a toda la creación.

Oración
Dios de amor,
por tu palabra todas las cosas fueron creadas.
Te damos gracias por el universo,
que manifiesta tu gloria, tu belleza y tu ternura.
Danos la sabiduría para caminar suavemente sobre la tierra
y juntos ser profetas de tu buena noticia para toda la creación. Amén.


Día 7
¡Grande es tu fe, mujer!
1 Samuel 1, 13-17
Mateo 15, 21-28


Reflexión
Eli juzga mal la oración profunda y ferviente de Ana y la desprecia, desechando sus súplicas como palabras de una borracha. Sin embargo, su reacción pidiéndole que no la rechace como una «desvergonzada» suaviza su corazón y al final la despide con una bendición. Del mismo modo, cuando la mujer cananea vino a su encuentro para suplicar que curara a su hija, Jesús al principio la rechazó, afirmando que había venido solo para su propio pueblo. Sin embargo, ella siguió insistiendo con su súplica y atrevimiento y, finalmente, reconociendo su gran fe, Jesús le concedió lo que pedía. En ambos casos, una mujer que inicialmente es marginada y juzgada indigna de recibir atención, se convierte en una que habla proféticamente palabras que suavizan los corazones y traen sanación y plenitud.
La marginación y el rechazo de las voces de las mujeres siguen estando presentes en nuestro tiempo. Incluso dentro de nuestras Iglesias con frecuencia somos cómplices de culturas que devalúan a la mujer. En la medida en que los cristianos se hacen conscientes de sus fracasos en este ámbito, se dan también más cuenta del horror que supone la violencia contra las mujeres y los niños, arrebatados a la fuerza de sus casas y víctimas del tráfico de seres humanos. Estos y otros trabajadores migrantes son tratados frecuentemente como menos que humanos y se les niegan los derechos humanos más básicos. En los últimos años las Iglesias han tomado acción común contra el tráfico de seres humanos y el abuso sexual infantil. Estos esfuerzos y los de las personas de otras confesiones son cada vez más urgentes, ya que el número de las víctimas en algunas partes del país crece diariamente.
Cuando los cristianos se unen en oración y en el estudio de las Escrituras y escuchan verdaderamente la voz de Dios, descubren que Dios también habla hoy a través de los gritos de los más maltratados en nuestra sociedad. Al escuchar juntos la llamada de Dios, se sienten llamados a unirse en una acción común contra el flagelo de la trata de personas y otros males presentes en nuestro mundo.

Oración
Dios clemente,
eres la fuente de la dignidad humana.
Por tu gracia y tu poder
las palabras de Ana cambiaron el corazón del sacerdote Eli;
por tu gracia y tu poder
las palabras de la mujer cananea movieron a Jesús a curar a su hija.
Al intentar manifestar la unidad de tu Iglesia,
danos el valor para rechazar toda forma de violencia contra las mujeres
y para celebrar los dones del Espíritu
que las mujeres aportan al servicio de la Iglesia.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor,
que vive y reina contigo y el Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


Día 8
El Señor es mi luz, mi salvación
Salmo 27, 1-4
Juan 8, 12-20


Reflexión
A lo largo de los ocho días de este Octavario por la Unidad de los Cristianos, las reflexiones de los distintos días han tomado en consideración varias situaciones difíciles que enfrenta hoy el mundo, incluyendo la codicia, la violencia, la exclusión, la explotación, la pobreza, la contaminación, el hambre y la trata de personas. Las Iglesias son conscientes de que estos problemas son desafíos que enfrentan todos los cristianos. Reconocen y confiesan que algunos de estos pecados también han oscurecido la vida de las Iglesias, quebrantando su unidad y quitando fuerza a su testimonio ante el mundo. Al mismo tiempo, reconocen también los muchos ejemplos prometedores en los que las Iglesias se han unido para dar testimonio de su unidad en Cristo.
Día tras día, año tras año, y especialmente durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, los cristianos se unen para la oración común, para profesar su misma fe bautismal, para escuchar la voz de Dios en las Escrituras y para rezar por la unidad en el cuerpo de Cristo. Al hacer esto, reconocen que la Santísima Trinidad es la fuente de toda unidad y que Cristo es la luz del mundo que promete la luz de la vida a los que lo siguen. Las muchas injusticias en el mundo con frecuencia los entristecen o indignan, pero no pierden la esperanza, sino que les mueve a la acción, porque el Señor es su luz y su salvación, la defensa de su vida y no tienen miedo.

Oración
Dios, sustento nuestro,
te alabamos por tu amor bondadoso,
por sostenernos en tiempos de prueba
y por mostrarnos tu luz en tiempos de oscuridad.
Transforma nuestras vidas para que podamos ser una bendición para los demás.
Ayúdanos a vivir la unidad en la diversidad como testimonio de tu comunión,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.